CONGREGACIÓN DE LAS HERMANAS DE JESÚS MISERICORDIOSO

La Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso fundada en 1937 por el Beato Miguel Sopoćko, confesor y director espiritual de Santa Faustina, formado en obediencia a la Iglesia y su misión evangelizadora. El 13 de mayo de 2008, fue aprobado, como Instituto religioso, según el derecho pontificio.

Las palabras de Jesucristo que se encuentran en el «Diario» de santa Faustina definen la espiritualidad y el propósito de la nueva comunidad religiosa:

«... vi al Señor Jesús de una belleza inexpresable. Me dijo que exige que esa Congregación sea fundada lo antes posible, y: “tú vivirás en ella con tus compañeras. Mi Espíritu será la regla de vuestra vida. Su vida debe modelarse sobre Mí, desde el pesebre hasta la muerte en la cruz. Penetra en Mis secretos y conocerás el abismo de Mi misericordia para con las criaturas y Mi bondad insondable, y la harás conocer esta a todo el mundo. A través de la oración intermediarás entre la tierra y el cielo”» (Diario, 438).

«Tu intención y la de tus compañeras es unirse a Mí, lo más estrechamente posible a través del amor, reconciliarás la tierra con el cielo, mitigarás la justa cólera de Dios e impetrarás la misericordia por el mundo. Confío a tu cuidado dos perlas preciosas para mi Corazón, que son las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos; por ellas rogarás de manera especial, la fuerza de ellas vendrá de tu anonadamiento» (Diario, 531).

La primera visita del Padre Miguel Sopoćko en Myślibórz, descrita en el «Diario» de la Congregación:

«Era el año 1947. En la estación de tren en Myślibórz se paró el tren jadeando. Del tren salieron unas personas, entre ellas se pudo observar una figura ligeramente inclinada, la del sacerdote de 59 años, vestido con una sotana ligeramente descolorida. Tras las gafas se veía el brillo de sus ojos azules que miraban con curiosidad. Con su mirada profunda abrazó a las conocidas hermanas que le esperaban. Después de intercambiar los primeros saludos formales, preguntó: −¿Hay alguna pequeña Iglesia cerca del convento de las hermanas?. Ellas respondieron: −Sí, padre. El dijo entonces: −¿Hay una vidriera de colores en esta Iglesia?; −Sí, Padre. ¿Cómo lo sabe?−. A eso él dijo:  –Llévenme allí inmediatamente−. El Padre Profesor caminaba deprisa, sin mirar a los transeúntes ni las calles. Entró por la puerta al jardín de frutales, después a la iglesia, y allí pasó mucho tiempo en el templo solo, meditando los escritos de la Hermana a quien consideraba santa. Dobló las rodillas y rezó, conmovido... miraba la ventana con la vidriera un poco deteriorada, de la que le había hablado Sor Faustina. Todo coincidía : la vidriera presentaba la escena de la crucifixión y, bajo la cruz, vio los retorcidos tallos de las rosas».


Vidriera en la Iglesia de Santa Cruz en Myślibórz

Fragmento de las Memorias del padre Sopoćko, 1948:

«Casi todo lo que Sor Faustina había predicho acerca de la congregación, se cumplió con todos los detalles. Cuando en Vilna, el 16 de noviembre de 1944, por la noche recibieron los votos privados las seis primeras candidatas o, cuando 3 años más tarde, vine a la primera casa de esa congregación en Myslibórz, en aquella ocasión, me quedé asombrado de cuánto se parecía todo a lo que me había dicho la difunta Sor Faustina (...) Noté en la nave del altar una ventana con una vidriera un poco deteriorada, presentando la agonía de Jesús en la cruz. La miraba con alegría y estupefacción, ya que Sor Faustina me había hablado de una iglesia y de una vidriera así». 

En 1973 la Congregación recibió un nombre nuevo abreviado: Hermanas de Jesús Misericordioso. Actualmente, la Congregación está viviendo su carisma, entregado por el fundador, en varias decenas de casas conventuales en Polonia y en el extranjero. El rasgo principal de la espiritualidad de la Congregación es la contemplación de Dios en Su misericordia, la confianza ilimitada y el seguimiento de Jesús realizando obras de misericordia para con los más necesitados.

 En unión con la multitud de laicos adoradores de la Divina misericordia, las Hermanas difunden el culto a Jesús Misericordioso, a través de la oración y el servicio desinteresado al prójimo, e incesantemente imploran la Divina misericordia para el mundo, y en particular, la gracia de la misericordia para los moribundos, y la gracia de la bendición de Dios para los sacerdotes y religiosos. 

Su actividad apostólica responde a las necesidades actuales de la Iglesia. Entre otras, dirigen hospicios, casas de protección de la vida de los no nacidos, predican retiros y catequizan. 

Cada día, con la oración «Jesús, en Ti confío», las Hermanas confían a la misericordia de Dios sus obras apostólicas y el testimonio de su vida. Los votos religiosos son para ellas la entrega total a Dios, donde no cuentan sus fuerzas sino la omnipotencia de la Divina misericordia.


Capilla en el nuevo convento de las Hermanas de Jesús Misericordioso en Myślibórz


«Oh Jesús mío, cuánto me alegro de que me hayas asegurado que esta Congregación surgirá.  Ya no tengo más dudas en esto, ni una sombra, y veo la gran gloria que dará a Dios; será un reflejo del mayor atributo que tiene Dios, es decir, la Divina Misericordia. Impetrarán incesantemente la Divina Misericordia para sí y para el mundo entero, y cada acto de misericordia brotará del amor de Dios del que estarán colmadas» (Diario, 664).



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El texto completo del libro "Jesús, en Ti confío. Amor y Misericordia" (libro electrónico gratuito)
www.faustina-faustyna.com